Crecí en San Juan de Puerto Rico, en una familia de clase trabajadora, en un ambiente disfuncional, con poca información acerca de lo que significa una vida sana, las finanzas y el propósito de vida. Siempre supe que yo era más de lo que estábamos viviendo. A los quince años me diagnosticaron depresión y me suministraron medicamentos como si hubiera algo malo en mí. Me sentí perdida y confundida porque mis padres estaban tomando malas decisiones con sus vidas y yo dependía de ellos para sobrevivir. Yo tenía mucho resentimiento, confusión y deseo de ser libre. A la edad de 19 años me mudé a Florida para huir de todos los problemas familiares y comenzar una vida nueva y refrescante. Sin embrago, yo estaba herida y con muchos datos falsos y a la edad de 21 años me convertí en madre soltera y no me quedó otra opción que hacerlo realidad. Siempre creo que algo puede ser mejor y no dejo de buscarlo.

Durante mi viaje en busca de la felicidad y la libertad estuve involucrada en problemas financieros, sufrí traiciones de amigos y familiares y me involucré en relaciones tóxicas y abusivas, durante casi una década, mientras crecía en mi vida profesional, tratando de lograrlo como madre soltera. Seguí luchando contra mis demonios y nunca renuncié a mis sueños y metas. Un día, finalmente, descubrí la verdad y me enfrenté a mí misma, eliminé la culpa y asumí toda la responsabilidad de mis acciones con una nueva información y en ese momento mi vida dio un gran giro para mejor. Empecé a rodearme de gente que tenía los resultados que buscaba y estaba abierta a conocer nuevos datos. Empecé a ver mejoras masivas en toda mi vida: espiritual, física, financiera y profesional y en ese momento decidí que quería compartir mi experiencia con otros.